La conciencia del entrenamiento = la libertad del entrenamiento La formación del karma es el resultado de si la atención y los pensamientos se utilizan adecuadamente. Comparto una buena experiencia de entrenamiento: cada día generamos millones de pensamientos, y cuando intentas concentrarte en hacer algo, esos pensamientos saltan para interrumpirte. En ese momento, no resistas; simplemente míralos en silencio, como si estuvieras viendo una película, sin juzgar ni perseguir, solo espera a que se disipan naturalmente. Este ejercicio de conciencia hará que tu atención regrese una y otra vez, volviéndose gradualmente estable y poderosa. En el budismo, a menudo se utiliza la meditación de la respiración para entrenar, enfocando la atención en la respiración, inhalando y exhalando. Cuando surgen pensamientos, toma conciencia, observa, son aburridos, desaparecen, regresa a la respiración, y así en un ciclo repetido, poco a poco comenzarás a percibir que los pensamientos son "vacíos", y así no estarás atado a ellos. En realidad, la conciencia de los pensamientos es un juego que vale la pena profundizar. Detrás de cada pensamiento puede haber una necesidad no reconocida. Esos pensamientos que parecen "oscuros" —como la vanidad, los celos o la arrogancia— son solo heridas no vistas que susurran: La vanidad puede surgir del miedo a no ser reconocido; Los celos son el deseo del niño interior de ser notado por los demás; La arrogancia a menudo es una falta de aceptación de uno mismo, usando la exageración para ocultar la inferioridad. Si estás dispuesto a profundizar en la raíz, enfrentar estas necesidades y aprender a darte a ti mismo aceptación y amor, esos pensamientos enredados se soltarán naturalmente. No solo dejarás de ser controlado por ellos, sino que también podrás cultivar una paz interna suave y sólida. Reprimir nunca ha sido la verdadera libertad. La relajación es la unidad interna y externa, es la coherencia entre el corazón y la boca, es el dejar ir y la libertad que sigue a la conciencia.