Imagina que estás en el asiento del conductor de un coche. Has estado sentado allí tanto tiempo que has olvidado que es el asiento de un coche, olvidado cómo salir del asiento, olvidado la existencia de tus propias piernas, de hecho, olvidado que eres un ser en absoluto separado del coche. Controlas el coche con habilidad y precisión, dirigiéndolo a donde desees ir, manipulando los faros y los limpiaparabrisas y el estéreo y el aire acondicionado, y te consideras un gran maestro. Pero hay caminos que no puedes recorrer, porque no hay carreteras hacia ellos, y anhelas correr por el bosque, o nadar en el río, o escalar las altas montañas. Una línea de profetas que han venido antes que tú te dice que el secreto de estos misterios prohibidos es una habilidad antigua y terrible llamada SALIR DEL COCHE, y decides aprender esta habilidad. Intentas cada botón en el salpicadero, pero ninguno de ellos es el botón para SALIR DEL COCHE. Conduces por todas las highways y caminos de la tierra, pero no puedes alcanzar SALIR DEL COCHE, pues no es un lugar en una carretera. Los profetas te dicen que SALIR DEL COCHE es algo fundamentalmente diferente que cualquier cosa que hayas hecho hasta ahora, pero para ti esto significa extremidades cada vez más ridículas: conducir hacia atrás, conducir con los faros encendidos en el resplandor del mediodía, conducir intencionadamente a zanjas, pero ninguno de estos revela el secreto de SALIR DEL COCHE. Los profetas te dicen que es fácil; de hecho, es lo más fácil que has hecho. Has viajado por la Carretera Panamericana desde el polo boreal hasta el Tapón de Darién, has cruzado la Ruta 66 en el calor abrasador del verano, has superado coches de policía a 160 mph y sobrevivido, y SALIR DEL COCHE es más fácil que cualquiera de ellos, es lo más fácil que puedes imaginar, más cerca de ti que las venas en tu cabeza, pero aún así el secreto te resulta oscuro. Y finalmente conduces hasta la cima de la montaña más alta y encuentras a un sabio, y le preguntas qué serie de botones en el salpicadero debes presionar to salir del coche. Y él te dice que no se trata de presionar botones en el salpicadero y que solo necesitas SALIR DEL COCHE. Y tú dices está bien, bien, pero qué serie de botones te llevará a salir del coche, y él dice no, realmente, tienes que dejar de pensar en botones del salpicadero y SALIR DEL COCHE. Y tú le dices que tal vez si el sabio te ayuda a cambiar el aceite o rota tus llantas o algo así entonces mejorará tu conducción hasta el punto en que salir del coche será pan comido después de eso, y él te dice que no tiene nada que ver con cuán rotadas están tus llantas y que solo necesitas SALIR DEL COCHE, y así lo llamas un idiota y te alejas.
El problema, por supuesto es que el sabio no puede darte direcciones directamente Si dijera; Hay una manija a tu derecha, y debes tirarla para abrirla Quizás lo harías mientras conduces rápido, o en una carretera peligrosa El conductor debe descubrir el camino por sí mismo
42,99K