Después de que el huracán Helene sumiera a Carolina del Norte en un apagón de comunicaciones, nuestro equipo llegó con una sola misión: reconectar a las personas. Lo que siguió se convirtió en una poderosa prueba del mundo real para nuestros planes telefónicos. Desplegamos nuestra red y, por primera vez en días, las familias podían decirse mutuamente que estaban a salvo. El impacto fue resumido mejor por Julia: "Cada vez que mis pies han estado en el suelo, he podido hacer una llamada telefónica... es perfecto". Construimos para crear una red que funcione cuando más importa.