Una conexión escalofriante entre un programa de armas biológicas de EE. UU. y la epidemia de la enfermedad de Lyme ha sido detallada por la periodista Kris Newby, autora de "Bitten: The Secret History of Lyme Disease and Biological Weapons." La cronología y la geografía que presenta son imposibles de ignorar. Antes de mediados de la década de 1970, la enfermedad de Lyme no era un problema de salud pública notable. Luego, revela la investigación de Newby, un misterioso grupo de tres enfermedades transmitidas por garrapatas, previamente raras y virulentas, emergió simultáneamente en Lyme, Connecticut—justo al otro lado del agua de Plum Island, la principal instalación de investigación de armas biológicas de enfermedades animales del gobierno de EE. UU. Las enfermedades fueron: • Artritis de Lyme (causada por el espiroqueta Borrelia) • Una Rickettsia (fiebre manchada de las Montañas Rocosas) • Babesia, un parásito de ganado raramente encontrado en humanos Esta triple aparición de patógenos novedosos en el epicentro del pico de investigación de armas biológicas de América fue una señal de alerta. Newby afirma que este es precisamente el patrón que desencadenaría una investigación de alto nivel del CDC sobre un posible brote no natural. La historia oficial acredita al investigador del NIH Willy Burgdorfer con el descubrimiento del espiroqueta de Lyme. Sin embargo, la investigación de Newby sugiere que la respuesta fue atípicamente secreta. En lugar de un llamado a una investigación urgente, la compleja y a menudo crónica enfermedad fue minimizada—reducida a una simple picadura y un corto curso de antibióticos, una solución que ha demostrado ser trágicamente insuficiente para millones. La pregunta planteada es contundente: ¿Es la coincidencia de geografía y tiempo meramente una teoría de conspiración, o es la enfermedad de Lyme un "bioweapon" militarmente diseñado altamente probable," como ha concluido Newby? La evidencia que presenta sugiere que no se nos ha contado toda la historia de esta plaga moderna.