Es curioso cómo a la gente le encanta cuando tienes razón... hasta que tienes razón sobre algo que no querían escuchar. Cuando es un resultado positivo, como el aumento de #Bitcoin, la mayoría aplaude y celebra. Pero cuando se trata de algo incómodo? Algo que se burlaron, desestimaron u opusieron? De repente eres "arrogante". O simplemente "afortunado". Aquí está el giro: Si alguien tuvo razón cuando la mayoría se equivocó... ¿no debería eso despertar curiosidad, no desprecio? La verdad se siente como un ataque cuando eres leal a una mentira. Si la opinión popular falló, la lección no es insistir, es repensar tu perspectiva. La mayoría nunca se detiene a preguntar: •¿Por qué estaba tan seguro, pero tan equivocado? •¿Qué sesgo me cegó? •¿Qué puedo aprender de la persona que lo vio venir? La humildad no es debilidad. Es la disposición a crecer a partir de estar equivocado. Deja de resentir a quienes lo acertaron. Comienza a estudiarlos. En un mundo lleno de ruido, cambiar de opinión es un superpoder silencioso.