Una de mis mayores frustraciones sobre la investigación en microplásticos es que aún no se plantean preguntas básicas aparentemente sensatas de sentido común. Apenas estamos empezando a ver estudios que analizan los microplásticos desde una perspectiva histórica, por ejemplo, usando muestras de tejido de hace años o incluso décadas para intentar entender si la exposición y acumulación dentro del cuerpo están aumentando y cómo.