En cuanto al crecimiento económico, Carney prometió que seríamos los primeros, pero en cambio seríamos los segundos peores. La solución es simple: sacar a este primer ministro y al gobierno liberal del camino. Reducir los impuestos liberales y eliminar las barreras liberales, para que los constructores puedan construir, los trabajadores puedan trabajar y Canadá pueda crecer.