Los experimentos científicos de larga duración que podrían representar la cura para el cáncer que contraerás el próximo año, o una forma de mejorar la producción solar y salvarte de los incendios forestales y las inundaciones que tienen el nombre de tu ciudad, o una vacuna para la próxima pandemia, se han desconectado y es posible que nunca se reinicien. Los grupos de investigación en las universidades se están desmoronando, sus subvenciones se cancelan ilegalmente, los equipos se dispersan a los cuatro vientos, nunca para reformarse.