Todo el planeta tembló durante nueve días después de que un glaciar en Groenlandia colapsara y se estrellara contra el mar. En septiembre de 2023, el pico de una montaña en Groenlandia se derrumbó en el fiordo Dickson después de que el glaciar que lo sostenía se derritiera. El deslizamiento de tierra desató un megatsunami con una ola inicial de casi 656 pies (200 metros) de altura, más alta que un rascacielos. El agua chapoteaba violentamente de un lado a otro en el fiordo, enviando una señal sísmica tan inusual que los científicos al principio lo etiquetaron como "USO", un objeto sísmico no identificado. A diferencia de un terremoto, que retumba durante minutos u horas, esta señal pulsó por todo el planeta durante más de una semana. Se necesitaron 68 científicos de 40 instituciones para resolver el misterio. Su análisis mostró que 25 millones de metros cúbicos (880 millones de pies cúbicos) de roca y hielo se habían sumergido en el fiordo, generando ondas que resonaban como una campana gigante y hacían vibrar la Tierra misma.