La fiebre alta no tratada durante el embarazo, particularmente en el primer trimestre, presenta riesgos significativos para el feto, incluidas mayores posibilidades de aborto espontáneo, defectos de nacimiento (como defectos del tubo neural como espina bífida), parto prematuro y posibles problemas de desarrollo neurológico como autismo o TDAH. Por lo general, se recomienda tratar la fiebre con acetaminofén (Tylenol) para mitigar estos riesgos, ya que los peligros de la fiebre no tratada a menudo superan los posibles problemas de medicación.