Trump es profundamente impopular, y lo sabe. Por eso está pidiendo a los republicanos de Texas que manipulen el sistema, despojen a los votantes de sus derechos y se lleven 30 de los 38 escaños en un estado donde Trump solo ganó el 56% de los votos.
Los demócratas de Texas saben lo que está en juego y están haciendo todo lo necesario para enfrentar este momento, mientras que el gobernador Abbott llama a perseguirlos, arrestarlos y sacarlos de servir a sus electores. Necesitamos más de esto para luchar contra las medidas de Trump para socavar nuestra economía y democracia.
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