La misticismo en el mundo de las criptomonedas se ha convertido en una tendencia. Cuando los gráficos de velas dejan de ser efectivos y un tuit de Musk puede influir en el mercado, la geomancia se convierte en la última línea de defensa psicológica. No se trata de ignorancia, sino de la reacción instintiva de la humanidad ante las enormes fluctuaciones de riqueza. Después de todo, cuando los activos fluctúan un 50% en un solo día, hay que creer en algo para poder dormir tranquilo. ¿El Dios de la riqueza entiende la blockchain? ¿Importa?