Sorprendido de que nadie haya intentado hacer una película sobre el Mahabharata todavía, es una mina de oro de sagas atemporales. Es cierto que es una épica vasta que requiere una inmensa habilidad y un gran presupuesto, pero incluso un arco narrativo podría sostenerse por sí solo. Comienza con una película exclusivamente sobre Gangaputra Bhishma: muestra la maldición de Ganga, su abandono de Bhishma en el río y su rescate por Shantanu. Luego Ganga nombrándolo Devavrata, llevándolo a través de los lokas para su entrenamiento, y su eventual regreso a la corte de Shantanu. Sigue su meteórico ascenso, dominando cada arma, derrotando reyes, y luego el momento fatídico en que toma el Bheeshma Pratigya. Muestra cómo lidera ejércitos, forma príncipes y presencia la decadencia del reino de Hastinapur desde dentro, desgarrado entre su juramento y su conciencia. Luego retrata su confrontación con Shikhandi, su caída sobre la cama de flechas y sus últimos momentos, el sol detenido en el cielo, Bhishma suspendido entre la vida y la muerte, entregando sus últimas lecciones sobre el dharma antes de finalmente soltar su aliento. Una película solo sobre Gangaputra tiene el potencial de romper récords si se ejecuta bien. Y no hay mejor momento que ahora.