MARTY SUPREME es una épica deportiva expansiva y electrizante que rebosa vitalidad desde el primer fotograma hasta el último. Josh Safdie ofrece una magistral porción de caos organizado a una escala más grande de la que ha trabajado antes, impulsándonos a través de la incesante búsqueda de Marty para demostrar a todos que es el mejor jugador de ping pong del mundo. Timothée Chalamet, hablando a mil por hora con una mente hiperactiva y una confianza inquebrantable, se entrega al papel con total compromiso, emocional y físicamente, culminando en un momento climático que hizo que la audiencia se pusiera de pie y vitoreara. El resultado es una actuación y una película que se siente tan emocionante, sorprendente y desgarradora como cualquier cosa que Safdie haya dirigido. La banda sonora es fenomenal, pulsando con una energía sobrenatural, mientras que la edición cinética hace que las dos horas y media de duración de la película pasen volando más rápido que una pelota rebotando en la mesa. Una de las historias deportivas más revitalizantes y mejores jamás llevadas a la pantalla.