El ex presidente de la FCC, Wheeler: La herramienta favorita de un autócrata es un monopolio sobre contar la historia. Y si puedes controlar a las personas que cuentan esa historia, entonces tienes el mayor sueño de un autócrata. Lo que está sucediendo ahora en la FCC es un esfuerzo por cambiar las reglas sobre quién puede poseer el derecho a usar las ondas públicas para transmitir a los estadounidenses. Regresemos al principio de la radiodifusión: la Ley de Comunicaciones de 1934, cuyo principio fundamental era la diversidad de voces y la diversidad de propiedad, para que el debate que es esencial para la democracia pudiera tener lugar. Con el tiempo, eso se ha reducido hasta el punto en que solo alrededor del 20% de los medios de transmisión “locales” de América son realmente de propiedad local. Lo que el presidente Carr anunció fue una iniciativa para cambiar las reglas para: 1. Permitir que un puñado de radiodifusores tenga un mayor alcance nacional en ese proceso, darles un mayor control localmente. Déjame darte un ejemplo rápido. Hay una fusión que ya ha sido acordada — entre Nexstar Media, la cadena de medios de transmisión más grande del país, y otra cadena llamada Tegna. Esta fusión es, per se, ilegal hoy porque viola las reglas existentes de la FCC sobre alcance nacional y propiedad local. Sin embargo, el acuerdo ha sido acordado — y ahora solo está esperando que la FCC cambie las reglas para hacerlo legal. Brendan Carr ha indicado una intención de hacer precisamente eso. ¿Y cómo lo haces legal? Bueno, reduces la diversidad de voces. Reduces la diversidad de propiedad. Y se lo das a corporaciones que se han autoidentificado como amigables con Trump.