En un segmento sorprendente, el Dr. Marty Makary expuso el catastrófico fracaso de la relación riesgo-beneficio de la vacuna COVID-19 para los jóvenes. La evidencia condenatoria, que ha sido reprimida durante mucho tiempo, ahora está siendo reconocida en los niveles más altos. La estadística central y escalofriante: Para los jóvenes sanos, el riesgo de miocarditis inducida por la vacuna es de un asombroso 1 en 2,600. Pero el contexto es aún más aterrador. Cuando se ponderan los beneficios, los números revelan un error médico imperdonable. Según datos del Reino Unido (ya que las directrices de conteo de EE. UU. se relajaron), el "Número Necesario para Vacunar" (NNTV) para prevenir una sola hospitalización por COVID es: • 113,700 para jóvenes de 15 a 19 años • 102,900 para jóvenes de 20 a 24 años Haz las cuentas. Para prevenir una hospitalización, tendrías que administrar más de 100,000 vacunas, causando entre 39 y 44 casos de miocarditis (muerte del músculo cardíaco) en el proceso. La conclusión es ineludible y finalmente se expresó claramente: La vacuna está causando más daño que la enfermedad misma para las demografías jóvenes y sanas. Esto ya no es una teoría marginal. Es una admisión desde dentro del sistema. El director de la FDA ahora está cuestionando el mantra de "seguir la ciencia" que se ha utilizado para exigir estas inyecciones para niños y bebés, planteando la pregunta crucial: "¿Qué ciencia?" Esto es una vindicación para aquellos que fueron difamados por hacer estas mismas preguntas. Pero también es una profunda tragedia: un testimonio del "nivel de ineptitud y sesgo que ha destruido tantas vidas." El visto bueno a los refuerzos sin ensayos actualizados ha terminado. Ha comenzado el ajuste de cuentas.