El arte es subjetivo, la calidad no. Los PFPs necesitan un trazo nítido, una silueta única y una paleta de colores reconocible. Kaito Yapibara y Hypurr son en realidad una buena referencia. Ambos fueron lanzados por proyectos establecidos + tuvieron que maximizar el atractivo universal = "mínimo de calidad" al que aspirar.