El peor consejo profesional que he recibido en mis inicios fue: “¡Eres tan bueno construyendo comunidad que deberías pivotar hacia eso!” Qué bueno que no escuché. No hay nada de malo en la comunidad (de hecho, es una pasión mía en mi vida personal), pero solo porque seas bueno en algo no significa que debas convertirlo en tu trabajo. Punto principal: ten convicción en ti mismo y en dónde quieres crecer, nadie te conocerá mejor que tú.