El discurso de odio que cruza la línea hacia amenazas de violencia NO está protegido por la Primera Enmienda. Es un crimen. Durante demasiado tiempo, hemos visto a la izquierda radical normalizar amenazas, llamar a asesinatos y aplaudir la violencia política. Esa era ha terminado. Bajo el 18 U.S.C. § 875(c), es un crimen federal transmitir "cualquier comunicación que contenga alguna amenaza de secuestrar a cualquier persona o cualquier amenaza de lesionar a la persona de otro." Asimismo, el 18 U.S.C. § 876 y el 18 U.S.C. § 115 convierten en un delito grave amenazar a funcionarios públicos, miembros del Congreso o sus familias. No puedes llamar al asesinato de alguien. No puedes hacer swatting a un miembro del Congreso. No puedes doxear a una familia conservadora y pensar que se pasará por alto como "libertad de expresión." Estos actos son crímenes castigables, y cada amenaza será enfrentada con toda la fuerza de la ley. La libertad de expresión protege ideas, debates, incluso disidencias, pero NO y NUNCA protegerá la violencia. Está claro que esta retórica violenta está diseñada para silenciar a otros que expresan ideales conservadores. Nunca seremos silenciados. Ni por nuestras familias, ni por nuestras libertades, y nunca por Charlie. Su legado no será borrado por el miedo o la intimidación.